Susana Maly
LIBRE
(77)
Sintió
en su cuerpo la tibieza del sol al amanecer, extendió sus alas y se elevó
tomando una corriente de aire. Planeaba siguiendo la costa, abajo las olas
golpeaban furiosas contra las rocas, la espuma tomaba el dorado del sol. Su
aguda mirada divisó un pez muy cerca de la superficie del agua, hasta allí bajó
en picada cerrando su pico alrededor del cuerpo que subió debatiéndose. Se posó
en una roca elevando su grito desafiante.
Marisa Santos
PASIONES
SILENCIADAS (90)
Ahí
estaba, temblando por una decisión que no tomaba. Nunca antes nada le había erizado
el alma, le hacía sentir ese fuego interior, despertando sus emociones. Era
prohibido ¡SI! Pero estaba ahí esperando que ella cediera al instinto y a la
pasión. Desarmaba todas las normas, lo aprendido bloqueaba la salida a los
sueños. Los dogmas familiares, la ancestralidad la marcaba.
De pronto,
se miró en el espejo de todas esas mujeres, y derramó una lágrima. En ese instante
armó las valijas y salió a desafiar al mundo.
Marisa Santos
VACÍOS
(87)
Diametralmente
opuestos, se veían las fisuras que el tiempo había causado entre ellos. Como una
casa donde la hiedra y las raíces se apropian de las hendiduras, profundizaron
sus heridas. Se ignoraban en el silencio, de una soledad compartida. Una letanía
absurda socavaba la individualidad y creaba vacíos de sentires. Allí estaban,
acostumbrados, presenciando su propio dolor, le daban una tregua al corazón. Como
un mar que con su oleaje va llevándose la arena, se fue el amor de sus vidas,
sin que se dieran cuenta.
V Santurión Diego
QUERENCIA
(89)
Nació
en un caserío cercano a la frontera. Se crió casi guacho entre la pulpería y
los bajos del abasto. Antes de cumplir once, alguien le dio unos cueros
curtidos y le encargó su venta. A partir de allí, trilló el país entero.
Años después,
hábil para el comercio y con algunos pesos, salió de buhonero a recorrer el
mundo. Envejeció entre puertos, cantinas y burdeles. Cuando se retiró volvió a
su pueblo. Entonces la vio a ella, cual niña nuevamente, y su corazón lánguido
recobró la memoria.
Mabel Estevez Passalacqua
MARÍA
(77)
La
conocí vieja, malhumorada, vencida por la realidad. Ella vivía en la esquina de
casa. Era el personaje del barrio, para algunos el bufón del momento, para
reírse en las comidas de los domingos. María despreciaba a sus iguales, hombre,
mujer o niño.
Ella
escondía la soledad, en las palomas; las alimentaba y siempre había un
recipiente con agua para las visitas de último momento. Un día la muerte la
alcanzó, sola y liviana de equipaje.
Walter Ferrarese
EL BEBE
(72)
En el
barrio lo llamaban Bebe el loco. Yo era muy chico y lo observaba con ojos
curiosos y temerosos. No era malo. Ahora con el paso de tantos años recuerdo
con ternura su mirada luminosa y extraviada junto a su eterna sonrisa. Y su
inocencia el día que se incendió un depósito de pinturas del barrio y él llegó
a ayudar a apagarlo con una jeringa de goma !
Nahomi Soldevila
BELLEZA
(69)
Nunca
pude contemplar su belleza, simplemente la vi, aquella tarde de verano en aquel
bosque, sin decir nada me escapé de mi cabaña para contemplarla desde lejos y
allí estaba ella, bañándose en el lago completamente desnuda, las gacelas lamían su mano y ella, sin dudar la acariciaba y yo helado mirándola, era aún
una doncella pero bella como ninguna . Una belleza que sin duda es
incomparable.
Gondolveu Agueda Minerva
MI
IMAGINACION CONTEMPLANDO UN CUADRO (88)
Cinco
hombres recorren un trozo de la cordillera a caballo. Confundidos con la
naturaleza, cruzan verdes valles, atraviesan pequeños lagos, cuyo azul profundo
contrasta con los nevados picos de las cumbres. Contemplan la magnificencia del
paisaje, solo montañas hasta donde alcanza la vista. Es como hallarse en un
laberinto sin salida, más cerca del cielo que de la tierra. En la cordillera,
el tiempo lo marcan el sol y las estrellas y el hombre es solo un pequeño punto
en la soledad infinita
Karin Frank
MISERIA
(82)
Nunca
envejeció: no recuerdo haberlo conocido joven. Su rostro cansado de tanto sol y
frío, está marcado por los años, el trabajo y el dolor. Solitario, arrastrando
de su carro busca en cada rincón y en cada recipiente, sin saber en realidad
qué es lo que espera encontrar. No sabe de días, ni de horarios. No sabe de
almuerzos ni de cenas. Vive esperando una señal, algo que le indique cuál es su
misión. Espera paciente, Dios le va a recompensar
Maria Bosio
UNA
ELECCIÓN DIFÍCIL (81)
Erase
una anciana que vivía en un bosque. Llevaba siempre con ella una enorme bolsa,
Un día se le acercó un niño y decidió dar lo que no era de utilidad para ella
en ese momento.
“Qué
tienes ahí?, le preguntó" "Ven y mira con tus propios ojos" le
dijo la anciana. Allí había fantásticas burbujas, pájaros alados, mariposas
amarillas...y cuentos para ser contados."Qué elegirías?"le preguntó
la anciana. ESTO, y se llevó una brillante esfera entre sus manos.
Maria Bosio
INVITACIÓN
A LEER (40)
En una
plaza había una caja blanca en desuso. Su interior estaba lleno de libros
cercanos. Tomé uno y me senté bajo un frondoso árbol. Supiste ser cuidadora de
salud, querida heladera, ahora de mentes y almas.
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