Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
María Cristina Bossio
Era una familia de
fantasmas especial, como diríamos hoy, progresista. Ese día estaban reunidos:
el padre y la madre fantasmas con sus dos hijos. Todos ellos, fantasmas de ley,
asustaban a la gente desde atrás de los espejos, hacían ruidos espeluznantes de
cadenas sueltas a la medianoche y mucho más.
Vivían en una casa abandonada y
eso los molestaba un poco. Pensaron que tendrían que cambiar bastante para que
la gente los aceptara de otra manera. Desde ahora en adelante, usarían
desodorante de ambiente cuando reaparecieran, se anunciarían con una música de
Vivaldi, según la estación del año en que estuvieran y llevarían túnicas de
todos colores, rojas, amarillas, azules, naranjas y sus ojos irradiarían luz
verde esperanza.
Consideraron que hoy en
día la gente se ven grises, muy agresivos en el tránsito, estresados en el
trabajo e intolerantes con la familia. Ver de pronto un fantasma sonriente y
bien oliente sería una buena cosa. Ellos sentían que habían encontrado un lugar
en el mundo.
Querían ser los benefactores de la humanidad. Desde ahora en
adelante trabajarían para aparecer en las casas de los demás en el lugar menos
pensado, así que tendremos que estar muy atentos, quizás hoy cuando apaguemos
el televisor podamos ver el simpático fantasma que abandonó la casa solitaria y
se mudó a la nuestra para hacernos la vida más amable y feliz.
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