Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
Myriam Gesto
La consigna era: Quién la encuentra en el ascensor piensa que es una muchacha extranjera y tímida. Pero ella por las noches...vive en Hong Kong.
La vecina del quinto piso entraba a trabajar muy
temprano por la mañana. Todos los días al subir al ascensor venía una chica que
parecía china. A ella lo que le llamó la atención es que a veces le hablaba en
inglés y a veces en castellano.
A veces la conocía y a veces parecía que no.
Pero nunca le hablaba en chino. Igual, ella no entendía chino así que era
igual. Aún más extraño le resultó que la muchacha no bajaba en la planta baja,
sino que seguía para el subsuelo donde estaba el estacionamiento. Y esto le
llamó la atención porque estaba segura de haberla visto bajar del ómnibus en
muchas oportunidades.
La muchacha era muy tímida, hablaba lo
imprescindible. Saludaba y si tenía que responder alguna pregunta por lo
general usaba monosílabas. Rara vez se explayaba en algún tema. Pero había
algunos días que se le iba la timidez y sonreía bastante. Se dio cuenta que
cuando sonreía le hablaba en inglés y cuando estaba seria y se veía más tímida,
le hablaba en castellano, obvio que al hablar se notaba que era china.
La mujer del quinto piso le preguntó al portero si
sabía dónde trabajaba la muchacha.
El hombre le contestó que él sabía poco o nada de la
gente que vivía en el edificio. Que lo poco que sabía se lo diría a ella
confidencialmente y tratara de no repetirlo. Los padres de la muchacha -le
contó el hombre-, viven en China. Habían venido a Uruguay por un año a trabajar
a una empresa china que se había instalado en nuestro país. El matrimonio tenía
una niña de un mes cuando vinieron. La señora quedó embarazada el mismo mes que
llegaron acá. Y como usted sabrá, dijo el hombre, los chinos no pueden tener
dos hijos, en caso de tenerlos deberían pagar demasiado dinero. Tuvieron la
suerte de que la segunda fue una niña idéntica a la primera. Bueno de hecho son
todos muy parecidos ellos…los chinos digo.
Sí sí, le
dice la mujer, escuchando muy atenta.
Siga.
Bueno, cuando se volvieron a China no podían llevar
a las dos. El padre de la niña que era muy inteligente, y se dedicaba a
instalar ascensores, instaló en este edificio este ascensor que baja hasta el
subsuelo y de allí, con una clave que sólo tienen las hermanas, se trasladan a
China.
Una trabaja en Montevideo y por las noches se va a
su casa con los padres y pasa la noche
en su país. La otra trabaja en China y toma el ascensor para Montevideo y
duerme en nuestro país. Los fines de semana alternan un fin de semana cada una
con sus padres.
No es fantástico le dice el portero a la mujer.
La mujer quedó mirándolo y le dijo y ¿por qué hablan
sólo inglés o castellano?
El portero le contesta, cómo quiere que yo sepa eso,
no le dije que yo no me ocupo de la vida de los inquilinos.
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