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lunes, 3 de agosto de 2015

EL DISCRETO ENCANTO DE LA SEDUCCIÓN

Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera.

Dos personajes tienen una historia de amor por medio de e-mail, que llega desde una oficina a otra, con los consabidos mensajes cifrados para que el romance no se haga público.

Cristina Bosio
Águeda Gondolveu

Soy Jorge, Gerente del Banco de Irlanda. Tengo como colaboradora a Inés, más que secretaria se convirtió en la persona que ocupa todos mis pensamientos. Con solo mirarla, me transporta y sé que ella siente lo mismo que yo.
Lo que lamento es no poder hacer público este sentimiento, dado que, si bien yo estoy divorciado, ella no es libre. Por estar casada, ella lucha contra esta atracción y no sabe qué camino tomar.
Yo necesito que se atreva y como en la oficina todos tienen acceso al sitio web, voy a escribirle un e-mail en forma cifrada para concretar una cita y convencerla par que rompa sus lazos y vivamos este sentimiento sin culpa.
         -Buen día Sra. Inés.
La carta de crédito está abierta a favor del cliente. Las facturas presentan valores distintos que debemos investigar. Las discrepancias deben ser resueltas y por tanto le ruego se conecte con el mismo a fin de ponernos de acuerdo sobre los términos del contrato. Debe especificar lugar y hora del encuentro.
Agradezco su pronta respuesta.
Jorge

-Buen día Sr. Jorge.
El cliente dice de encontrarnos en la oficina del Despachante de Aduana, circunvalación Zabala, lunes 15, hora 12.
Espero su conformidad.
Inés
La veía desde mi escritorio. Tenía una sonrisa cautivadora. Me miraba y se le iluminaban los ojos, igual que a mí. Trabajamos a través de la computadora y habíamos comenzado a enviarnos e-mail cifrado para que los demás no nos descubrieran.

-Sra. Inés.
Bien, me parece acertado el sitio y debemos procurar que el cliente de su asentimiento puesto que el negocio va a ser de su conveniencia.
Jorge.
Inés sigue con sus dudas, al menos me dio la oportunidad de encontrarnos. Está en mí, convencerla.

-Sr. Jorge.
La Póliza de Seguros dice que la prima que es lo que se paga por el contrato, es necesario saber, si cubre todos los riesgos. A petición del cliente.
Espero su pronta respuesta
Inés

Esta cita me va a exigir una respuesta. No sé cómo resolverlo, puesto que la seguridad de mi hogar, me resulta asfixiante. Él en cambio, me seduce en todo momento. Su manera de ser no es posesiva, ni tampoco abusa de la jerarquía sobre mí. Es mi jefe. Yo siento una admiración muy grande por él. Me ha enseñado todo lo que él sabe de Importaciones con mucho respeto. Hace un tiempo, no sé qué me pasa. Siento que estoy embobada, como hipnotizada. No sé si la vida junto a él estará asegurada con anterioridad. A mí me parece todo muy inseguro. Adora la complicidad y me insta a que nos arriesguemos a vivir este sentimiento. Siempre hay dudas en el juego del cortejo y la seducción.
-Sra. Inés.
El cliente puede estar seguro que el contrato cubre todos los riesgos, solo falta la firma de ambas partes, pues el conocimiento de embargo está listo.
Jorge

Ojalá Inés se resuelva y se decida a emprender el camino que le ofrezco junto a mí.
Jorge quiso decir que yo debería tomar la decisión más importante de mi vida: elegir entre él y mi marido. Un camino viejo o un camino por empezar a recorrer. Conservar por siempre esa sonrisa tan seductora para mí sola y mostrarnos al mundo, como somos. Sin engaños, sin correos cifrados. Sin olvidar qué fue este espacio laboral el que nos juntó dándonos la oportunidad de pelear por lo nuestro.
¿Qué hago? ¿Emprendo la aventura? O estoy usando esto como un giro argumentativo para explicar nuestra necesidad interior de “poner afuera” un sentimiento nuevo.

-Sr Jorge
El cliente no levantará las discrepancias. Solicita dejar el negocio sin efecto. El cliente pagará los gastos como corresponde. Pase a sección cobranzas.
Inés

No pude tomar la decisión. Quizás lo lamente, pero es mucho mejor tratar de enriquecer la relación marital con más creatividad, sin abandonarnos a la depresión, olvidando este episodio de infidelidad emocional, poniendo las cosas en su sitio. Cerrando definitivamente esta dulce tentación, y pidiendo a la oficina de personal un cambio de sección.


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