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jueves, 7 de mayo de 2015

EL ÚLTIMO DESTINO

Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
Myriam Gesto

Se me apareció un día. No pude identificar qué era. En un principio, me pareció un pollo. Estaba en mi dormitorio, me quedé mirándolo, asustado, desconcertado, tieso.
-¡Qué es esto! -Grité.
 -Soy tuyo  -me dijo.

 -¡Ah! -Pensé-, qué loco, un pollo en mi dormitorio y todavía me parece que habla. .
-Sí -me contestó-, hablo, soy un pollo mutante.
-Pero acá alguien está loco. Yo no tengo pollos...
- Yo soy tu pollo mutante. -Me repitió.
-¿Mi qué? ¿Qué es eso? -Grité nuevamente.

En media hora llegará mi novia a casa, debo sacar esta cosa de acá...
- Vamos -le dije- abriendo la puerta de calle.

-¿Adónde me llevas? Yo de acá no salgo, soy tuyo, me quedo acá…
- ¡Vamos!
 Agarré una bolsa y lo metí adentro. Gritaba y pataleaba. Para que se quedara quieto le pregunté si quería dar un paseo.
Estoy quedando loco, pensé, me habla y yo le contesto.
No podía tomar un ómnibus con esa cosa. Tomé un taxi,
 -Hasta la estación de trenes…

Daba igual a dónde, así que tomé el primer tren que salía. Y me metí en un vagón. Lo puse bajo del asiento.
 El tren se puso en marcha y la cosa esa que era pollo y que hablaba se salió de la bolsa, y ahora parecía una rata con pinchos, sólo que quedó del mismo color que el pollo.
Yo miraba por la ventanilla, ignorando al mutante, pensando que no estaba.
Saltó y se quiso sentar en mi regazo, de un codazo lo tiré al medio del pasillo.
Se volvió pollo de nuevo. Y me miró como triste.
-Bueno, estate quieto, -le recriminé.

Esto es increíble pensé. 

El tren paró.
-Llegamos, -le dije.
-¿A  dónde? -Preguntó.
– A tu casa, -le contesté.
– Mi casa es la tuya...

No lo dejé terminar de hablar y lo metí de nuevo en la bolsa.
Bajé. Caminé un poco por los alrededores. No sabía qué hacer. Pegunté en la ventanilla a qué hora salía el próximo tren y me dijo ya.
Fui caminando al baño y lo metí ahí.
-Estate quieto un ratito que ya vuelvo. Cerré la puerta. Corrí, alcancé el último tren y me subí. Le pregunté al inspector el destino.


 -Adonde viven los pollos mutantes -me dijo.

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