Escritores Creativos Palacio Salvo
Gustavo Oxehufwud
Un fallado engendro del demonio, vino a persignarse
frente a mí y luego se metió en una casita que tenía una discreta bombita roja
en su entrada.
Se decía que había quedado así, con el pelo blanco
como su enemiga acérrima: "la leche", después de un furioso ataque al
hígado por atravesar el umbral de los tres platos de buseca en el “Madrid”.
¡Qué bolichón! impagable pensaba, entre lo que
camina y lo que se arrastra: cada personaje. Los codos acodados cargados de
mundos paralelos, nunca lo dejaron morir.
"El Gavilán", le decían, comía por otros o
para otros, porque comía como descocido y era más huesos que carne debajo el
abrigo de espiguilla según los que siguieron su carrera por entre los
vestuarios.
Caminaba torcido con gracia, como ya no se ve, de la
plaza al boliche y del boliche a la plaza, con los bolsillos con migas de pan.
Gavilán circular vuelo
desde Madrid a la plaza
nunca faltó una torcaza
pa´alimentar los polluelos.
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