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viernes, 30 de octubre de 2015

HABÍA UNA VEZ UNA MARIPOSA

Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
María Cristina Bossio

Había una vez una mariposa, que se levantaba muy temprano todos los días. Se lavaba, se peinaba, se vestía, tomaba el desayuno y salía a recorrer el barrio, muy contenta, con vivir su vida a todo pulmón, a sus anchas, como diría alguien.
Además de volar por volar, le gustaba ver las casas y entrar en ellas. Había casas encantadoras, eran casas de puertas abiertas., allí se respiraba olores, sabores, y colores, eran casas con vida.

Se podía pasear en ellas. La mariposa se sentía cómoda.
En cambio, había otras casas, que para entrar ellas era necesario buscar una hendija, colarse por entre sus paredes. 
Una  era, en particular, cuadrada, todos sus muebles, colores, sabores y afectos estaban geométricamente dibujados en cuadrados perfectos. Todo allí, entraba en esa cuadrícula, es más la casa hacía gala, se sentía orgullosa, de que todos sus ángulos rectos eran perfectos. 
La mariposa tenía que volar por sobre las líneas rectas, sólo hasta el próximo ángulo y de allí hasta la otra línea, hasta el próximo ángulo, una encerrona de ángulos y líneas rectas que la agobiaban. A ella le gustaban las casas de líneas onduladas, qué bien se sentía en ellas!
Y sobre todo buscar un punto en la línea y que los demás puntos de la línea se reacomodaran para darle un lugar, porque eso sí, ella pensaba-está bien que yo busque un lugar en la línea, pero si las demás líneas no me dan un lugar, es imposible que yo tenga estabilidad. 
Lo malo de todo es que cuando no se da ese corrimiento natural, la mariposa tendía a robar un lugar y las demás líneas se enojaban mucho con ella. 

Así pasó en la casa de la cuadrícula, cuando ella quiso encontrar un lugar y no se lo dieron, la aplastaron un millón de cuadrados, perfectamente dibujados en negro, grandotes, orgullosos, mezquinos. Salió muy mal herida esa vez... y moraleja, no te metas en casas ajenas donde no se te brinda naturalmente un punto en el espacio, por más que tu luches por conseguirlo, es inútil, no eres bienvenida.




    

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