Escritores
Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
La importancia del objeto
Susana Maly
Ella salió de su casa y
caminó hacia el mar. Su pareo azul con pinceladas blancas se movía pegándosele
al cuerpo a causa del viento. Semejaba ese mar con salpicaduras de espuma.
Llevaba el cabello muy
corto y sus puntas le acariciaban el rostro; caminaba por la arena húmeda, sus
ojos no miraban a lo lejos, sino que escudriñaban la orilla del mar a sus pies.
Sus huellas se iban llenando de agua y eran borradas inmediatamente, no quedaba
rastro de sus pisadas.
Tenía las manos llenas
de pequeños caracoles, estrellas de mar…Aun así seguía mirando con avidez,
temerosa de que ese caracol tan preciado, volviera a desaparecer cuando la ola
retornara mar adentro.
Caminó largo rato; sus
manos se hacían cada vez más pequeñas, ya no cabían en ellas tantos tesoros.
Apretó sus brazos contra el pecho para no perder esos regalos que el mar le
ofrecía. Por cada paso que daba, sentía los pies más pesados, su nariz estaba invadida
del olor a sal y algas. Dentro de su cabeza y su cuerpo percibía cada vez con
más fuerza un sonido que no sabía con claridad de dónde provenía, era profundo
y lejano a la vez y traía a su memoria oleadas de recuerdos y soledades.
Quiso gritar y solo
murmullos y espuma disuelta fue su voz; se sintió llevada y mecida por las
olas. Su cuerpo rodó por la arena y se hamacó en compañía de pequeños
caracoles, estrellas de mar y algas…
Una joven caminó hacia
el mar, corrió a recoger ese caracol, antes que desapareciera en las
profundidades, lo puso junto a su oído y escuchó ese murmullo que es viento y
voz inmóvil.
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