Escritores
Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
Águeda Gondolveu
La había entrevisto
muchas veces en sus ensoñaciones. Menuda fue su extrañeza al ver materializada
esa imagen tantas veces repetida en ellos. Primero fue su andar, seguro,
desafiando dispuesto a enfrentar con éxito el mayor de los obstáculos. Fue subiendo
hasta el torso, marcado bajo la liviana tela de la camisa, para llegar
finalmente a encontrar su mirada. Esa que, atravesando la niebla difusa de sus
sueños, se iba encontrando con la suya en un mudo lenguaje de deseo intenso. No
pudo evitar la evocación de sus manos entrelazadas, de la corriente que la
estremecía cuando la estrechaba entre sus brazos, de la muda súplica que
temblaba en sus labios al pronunciar su nombre. ¿Sería una jugada del destino
ese encuentro que había vivido tantas veces cuando se desbordaba su fantasía? Sin
saber cómo, sus pasos fueron inevitablemente a su encuentro. Él la reconoció,
no supo cómo, pero ciegos y sin discernimiento se miraron y sus ansias los llevó
uno a brazos del otro, dispuestos a materializar ese mágico sueño, que
increíblemente se convirtió en realidad.
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