Escritores
Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
María Cristina Bossio
Aquel día cuando toqué
el timbre de su puerta, sentí que emanaba un perfume encantador. Abrió su
puerta y me condujo al living comedor, como si fuera una reina. Allí había una
mesa servida para una cena especial. No faltaba un solo detalle. Un ramo de
rosas rojas parecía sonreírme desde el jarrón, las velas encendidas daban un
toque de magia al momento.
Observé los platos
preparados, la ensalada Waldorf con
manzanas, yogurt, nuez, apio y mayonesa, otra ensalada fantasía con repollo
cortado en juliana como finos dedos con cuadraditos de jamón cortado finamente.
Más allá se confundían traviesamente los colores del pimiento con el tomate y
roquefort. La infaltable pasta a la boloñesa que tanto me gustaba. Y a los
postres nos esperaba el ananá con cerezas y el omelette Surprise que él diestramente puso en el plato para que lo
pudiera degustar.
Eran platos sencillos,
pero hechos con amor; se abrieron todos mis sentidos y fuimos eligiendo las
porciones amorosamente. Nos acompañaba la música de Chopin para redondear este
encuentro tan especial. Al terminar, caminamos lentamente al dormitorio para
poner el broche final a esta fiesta de los sentidos de puro erotismo.
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