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viernes, 25 de septiembre de 2015

¿ME DA LA HORA?

Escritores Creativos Experimental de Malvín
Nedy Varela

¿Damos tantas cosas? ¿O quizás cada vez damos menos? El complejo de Diógenes nos persigue, cada vez guardamos más ¿Para qué entonces vamos a dar la hora? Guardamos el reloj, guardamos la hora que íbamos a dar, la escondemos. La hora se ahoga en el bolsillo, se envejece, se le corren las milésimas de segundo, como el rímel de una lágrima; se escapa, ya no es la hora que guardamos, es otra, sigue de largo detrás de sus hermanas, todas horas, mujeres al fin, que se le escapan al reloj aunque las atrape dentro de un cristal cerrado.

-Oiga señor ¿me da o no me da la hora?
-Mirá no tengo reloj y aunque lo tuviera ¿para qué la querés? La hora, esa que estás buscando para llegar a cualquier parte, para ver a tu novia, para llegar a clase, para saber en qué espacio de tiempo estás suspendido como un idiota, preguntándole a un tipo como yo, esa hora me la guardé para mí solo. Arreglátela como los indios y mirá el sol, yo me tengo que ir, no puedo perder tiempo.

ALGUNAS IDEAS Y OTROS AFORISMOS
No pude dar la hora porque se me atoró el cucú.

No di la hora porque todavía era temprano.

Cuando llegó la última hora tuvo que cerrar la tapa.

Método antiarrugas: si atrasás la hora, podés rejuvenecer un poquito.

La hora palideció de miedo, el tiempo le marcó el último minuto.

Cuando hay mal tiempo las horas llueven tristes tras los cristales.

No hay un segundo que no piense en mis horas.

Nadie vio volar las horas, pero son como las brujas: vuelan, vuelan.

Solo contamos las horas de la espera, cuando llega lo esperado nos olvidamos de la cuenta.


El último que se fue, apagó todas las horas.

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