Escritores Creativos Experimental de Malvín
Stella Duarte
La infancia, que maravillosos
recuerdos vienen a mí, mi barrio, cuadra con su árbol donde jugaban los varones
a la bolita en la tierra que lo rodeaba. La puerta de mi casa con su escalón de
mármol, donde las nenas nos sentábamos con las muñecas; les cambiábamos la
ropa, cantábamos las nanas…
El zaguán, la puerta
cancel con sus vidrios esmerilados. Ella era la que separaba el mundo privado
que solo nosotros vivíamos. La seguridad del hogar. El patio con los parrales
que se llenaban de uva en verano, las cuerdas de tender la ropa y los dos
perros, Tony y Chula, que nos acompañaron toda la niñez.
Allí era donde más estábamos.
Mis hermanos y yo la más chica, con alguna diablura que hacer. Mi hermano
siempre fue el más imaginativo y al ser el mayor y varón, elegía los juegos.
¡Vamos a jugar a los
indios y los cowboys! yo te ato al árbol como que te capturé…
Siempre la inocente de
mi hermana, decía, ¡pero no me soltás después! y él la engañaba con su carita
pícara, si, te juro que te suelto…hasta que mi hermana se ponía a gritar, y ahí
venía mi mamá rezongando, y yo, encantada, riendo sin parar…
¡Todos a tomar la leche!..
no me acuerdo si nos lavábamos las manos.
Lo que sí quedó grabado
en mí, la mesa con el mantel a cuadros, dulce de membrillo o manteca, mi madre
cortando el pan y el olorcito del café con leche de fondo, mi abuela escuchando
la radio y en sus manos el tejido a crochet…
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