Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
Gladys Anido
La tarde serena y
melancólica, invitaba a contemplar un hermoso atardecer. Las olas morían en la
orilla, acariciando las brillantes arenas que las recibían con placer. El sol,
bola de fuego, iba desapareciendo en el mar en un encuentro profundo de mutuo
placer.
Todo era calmo y
disfrutable, del cual nacería un nuevo día. Volver a sentir ese contacto que la
naturaleza les permitía gozar. La espuma de las olas se deslizaba suavemente
sobre la arena. Todo fue el final y el comienzo una nueva vida.
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