Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
Águeda Gondolveu
Me llamo Marcela Aguilar, tengo cincuenta y tres años. Soy Gerente de un canal de televisión
Nacional. Mi tarea consiste en dirigir el personal, seleccionar el material a
emitir, elegir a quién lo presente y también preocuparme de que quien está
encargado de la limpieza, dirija a su equipo con eficiencia. ¿Cómo llegué a
ocupar este puesto? No ha sido nada fácil. En primer lugar, desde mi
adolescencia, mi espíritu creativo me llevaba a idear todas las cosas que pensaba
a plasmar en el futuro.
Mi primera cuña fueron
mis propios padres.
-Nena,
para que te complicás la vida, tenés todo en casa. Además no te vemos pasta
para meterte en esos proyectos, dejalos estar.
Debido a mi extrema
juventud, lograron convencerme de que mis ideas no servían y seguí disfrutando
del bienestar que se me brindaba.
Pero algo bullía en mi
interior no queriendo claudicar. En una oportunidad, viendo un programa
televisivo, ya con veinte años, noté una serie de modificaciones que consideraba
debían hacerse para que resultara exitoso.
Con mi carpeta a
cuestas, me presenté en el canal pidiendo una entrevista con el Director.
Como podrán imaginar,
me dieron mil excusas y por supuesto no conseguí la entrevista.
Una vez más, me dejé
influenciar por estos hechos y volví a pensar que no interesaba a nadie y por
lo tanto no tenían valor ninguno de mis pensamientos de avanzada.
Seguía martillando en
mi cabeza la idea de dar forma a lo que deseaba y decidí lanzarme de nuevo a la
conquista del éxito.
Tomé varias fotografías
de acontecimientos de interés y nuevamente me presenté, no a ese, sino a otro
canal con el fin de poder avalar una idea en la que ese material se pudiera
irradiar en un programa con un nivel apropiado al mismo.
-Señora
-me dijo uno de los secretarios de Gerencia- su nombre no me es familiar, no
puedo pedir una entrevista a ningún Directorio…es usted una perfecta
desconocida. Le aconsejo que se dedique a otra cosa. Buenas tardes.
Así fui recorriendo
varios lugares y tocando muchas puertas, hasta que finalmente una
de ellas se
abrió. En una conferencia de prensa a la que concurrí, hice una pregunta a un
alto dignatario extranjero, la que lo sorprendió sobremanera.
Pidió datos sobre mí y
para mi sorpresa fui citada a un estudio donde se me informó que tenía una
entrevista con el conferenciante. Éste me manifestó que en su país, hacía falta
una corresponsal que, desafiando los riesgos, se aventurara a cubrir sucesos de
notoriedad. Pensó en mí y me ofreció el puesto mencionado.
Viaje a Etiopía, a
Uganda, a Marruecos, cubriendo los más insólitos hechos. Mi inglés lo
perfeccioné en un curso rápido y mi rostro comenzó a verse a través de la
pantalla con asiduidad.
Sorpresivamente, en
esos momentos en mi país, consideraron que esa perfecta desconocida ya tenía un
nombre y ahora sí, mis ideas tenían la oportunidad de manifestarse.
Dejé el peligro de
otras regiones y con la rica experiencia adquirida, me dediqué de lleno a mejorar
la imagen de este canal que hoy felizmente dirijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario