Escritores Creativos Biblioteca Ernesto Herrera
María del Pilar Leivas
Surge
de una personalidad insegura, de un enorme deseo de gustar a los demás, debido
a una excesiva valoración de los convencionalismos sociales y loa patrones de
conducta. Se preocupan por no hacer algo
inadecuado y sienten vergüenza cuando alguien actúa en forma incorrecta o se
comporta de forma extravagante. Sufren ante cosas sin importancia que pasan
inadvertidas a los demás.
Grabación de entrevista
Paciente: Maria Teresa
Morales
Archivo del Dr. Raphael
Alderette.
-¡Buen
día Doctor!
-¡Adelante
María! Tome asiento y cuénteme que la trae por aquí.
-¡Ah!...una
historia larga que comienza en mi niñez.
Desde pequeña fui muy
callada, temerosa. En la escuela, los maestros siempre ponían en mi carné, que
intervenía muy poco y me costaba relacionarme con mis compañeros. Todo me daba
vergüenza, no quería pasar al pizarrón por miedo a que se rieran de mí ante un
error…y llegué a negarme a bailar el Pericón
con toda la clase, en sexto año, porque sabía que iba a equivocarme. Sufría y
lloraba en silencio en mi cuarto, para no preocupar a mis padres.
-Pero
veo que se expresa muy bien…¿Y cómo sigue esta historia en la adolescencia y el
liceo?
-Más
o menos como en la escuela. Era buena alumna, me refugiaba en el estudio. Me
gustaba mucho leer y toda mi adolescencia la pasé rodeada de libros que me
ofrecían todo lo que no podía hacer; me daban diversión, compañía, soñaba con
ser como cada personaje de cada historia.
-¿Y
no le gustaba encontrarse con amigas, ir a bailar, vestirse y maquillarse para
salir?
-Lo
intentaba, alentada por mi madre que me hacía lindos vestidos, pero lo pasaba
muy mal, era torpe para bailar, muy delgada, sentía que la ropa me colgaba sin
gracia, que todos me miraban para criticarme o reírse de mí. Poco a poco dejé
de salir.
-¿Siguió
estudiando?
-Bueno,
mi amor por los libros hizo que estudiara Biliotecología, logrando licenciarme.
En la actualidad, trabajo en la Bilioteca Nacional.
-¿Y
la parte afectiva? Veo que usa una alianza ¿Está casada?
-Sí,
sigo siendo muy tímida, y como dije, me costaba relacionarme. A la Biblioteca,
venía a estudiar un joven; me miraba y yo me escondía; pero él fue insistiendo
en que yo lo atendiera. Mis compañeras me hablaron tanto, que hice un esfuerzo
en superar mis temores. En realidad, no sé qué vio en mí, pero pasado un
tiempo, un día me esperó a la salida y me invitó a tomar un café en el bar de
enfrente. Yo no sabía que contestarle, él me tomó de la mano y cruzó decidido
la calle. A mí me gustaba, pero sentía mucha vergüenza y me ponía colorada y nerviosa.
Creo que jugué un poco a ser uno de esos personajes de las historias que leía y
así, nos seguimos viendo, íbamos al cine, al teatro, a cenar, pero me negaba a
concurrir a reuniones, a estar con mucha gente. Hace un año que nos casamos.
-Me
parece que Alejandro vio en usted algo que le cuesta reconocer. Yo creo que es
una mujer muy atractiva e inteligente. Me gustaría saber en qué momento o qué
sucedió para que usted viniera buscando ayuda, apoyo psicológico.
-Alejandro
es muy comprensivo, me conoce y sabe lo que me cuesta relacionarme socialmente,
pero hay momentos en que es inevitable salir, cenar con amigos. Hace un mes,
asistimos a una reunión con sus compañeros de trabajo; todos iban con sus
parejas, no podía evadirme del compromiso.
Ya
elegir cómo me vestiría, fue una tortura, sentía que todo me quedaba mal, que
todos me mirarían y me criticarían. Llegada la hora, me puse el vestido más
sencillo que tenía, como para pasar desapercibida y allá marchamos…
Fui
presentada a todos, no sabía de qué hablar, escuchaba y no entendía lo que me
decían, me sentía mal, ridícula, tonta. Fui poniéndome colorada, tenía
palpitaciones, empecé a sudar…
Fui
al baño y no paré de vomitar. No sé quién le avisó a Alajandro, que vino a
buscarme y volvimos a casa.
Al
otro día, hablamos mucho de lo que pasó y me convenció para que buscara ayuda.
-¡Y
aquí estoy!
-
¡Excelente! es muy valioso que cuente con el apoyo de su esposo. Poco a poco
lograremos controlar esos miedos, esa falta de confianza en sí misma. Unas
veces nos reuniremos con usted sola y otras con su esposo. Confíe en mí y
sobretodo, confíe en usted, para superar esos problemas.
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